Sí, Dios quiere que su Madre Santísima, sea ahora más conocida, amada y honrada que nunca. Lo que sucederá sin duda, si los predestinados, con la gracia y luz del Espíritu Santo, entran y penetran en la práctica interior y perfecta de la devoción que voy a manifestarles en seguida.
Entonces verán, en cuanto lo permita la fe, a esta hermosa
estrella del mar y, guiados por Ella, llegarán a puerto seguro, a pesar de las
tempestades y de los piratas.
Entonces conocerán las grandezas de esta Soberana y se
consagrarán enteramente a su servicio como súbditos y esclavos de amor.
Entonces saborearán sus dulzuras y bondades maternales y la
amarán tiernamente como sus hijos predilectos.
Entonces experimentarán las misericordias en que Ella reboza
y la necesidad en que están de su socorro, recurrirán en todo a Ella, como a su
querida Abogada y Medianera ante Jesucristo.
Entonces sabrán que María es el medio más seguro, fácil,
corto y perfecto para llegar hasta Jesucristo y se consagrarán a Ella en cuerpo
y alma y sin reserva alguna, para pertenecer del mismo modo a Jesucristo.
Pero, ¿qué serán estos servidores, esclavos a hijos de María?
Serán fuego encendido, ministros del Señor, que prenderán por todas partes el
fuego del amor divino.
Serán flechas agudas en la mano poderosa de María para
atravesar a sus enemigos: como saetas en mano de un valiente (Sal. 127,
4).
Serán hijos de Leví, bien purificados por el fuego de grandes
tribulaciones y muy unidos a Dios. Llevarán en el corazón el fuego del amor, el
incienso de la oración en el espíritu y en el cuerpo la mirra de la
mortificación.
Serán en todas partes el buen olor de Jesucristo (cfr.
2 Cor. 2, 15-16) para los pobres y sencillos; pero para los grandes, los ricos y
mundanos orgullosos serán olor de muerte.
Serán nubes tronantes y volantes, en el espacio, al menor
soplo del Espíritu Santo. Sin apegarse a nada ni asustarse, ni inquietarse por
nada, derramarán la lluvia de la Palabra de Dios y de la vida eterna, tronarán
contra el pecado, lanzarán rayos contra el mundo del pecado, descargarán golpes
contra el demonio y sus secuaces y con la espada de dos filos de la Palabra de
Dios traspasarán a todos aquellos a quienes sean enviados de parte del Altísimo.
Serán los apóstoles auténticos de los últimos tiempos. A
quienes el Señor de los ejércitos dará la palabra y la fuerza necesarias para
realizar maravillas y ganar gloriosos despojos sobre sus enemigos.
Dormirán sin oro ni plata y, lo que más cuenta, sin
preocupaciones en medio de los demás sacerdotes, eclesiásticos y clérigos
(Sal. 68, 14). Tendrán, sin embargo, las alas plateadas de la paloma, para volar
con la pura intención de la gloria de Dios y de la salvación de los hombres
adonde los llame el Espíritu Santo. Y no dejarán en pos de sí en los lugares en
donde prediquen sino el oro de la caridad, que es el cumplimiento de toda ley (cfr.
Rom. 13, 10).
Por último, sabemos que serán verdaderos discípulos de
Jesucristo. Caminando sobre las huellas de su pobreza, humildad, desprecio de lo
mundano y caridad evangélica, enseñarán la senda estrecha de Dios en la pura
verdad, conforme al Evangelio y no a los códigos mundanos, sin inquietarse por
nada ni hacer acepción de personas, sin dar oídos ni escuchar ni temer a ningún
mortal por poderoso que sea.
Llevarán en la boca la espada de dos filos de la Palabra de
Dios, sobre sus hombros el estandarte ensangrentado de la cruz, en la mano
derecha el crucifijo, el Rosario en la izquierda, los sagrados nombres de Jesús
y María en el corazón y en toda su conducta la modestia y mortificación de
Jesucristo.
Tales serán los grandes hombres que vendrán y a quienes María
formará por orden del Altísimo para extender su imperio sobre el de los impíos,
idólatras y mahometanos. Pero, ¿cuándo y cómo sucederá esto?... ¡Sólo Dios lo
sabe! A nosotros toca callar, orar, suspirar y esperar: Yo esperaba con ansia
(Sal. 40, 2).
TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA (SAN LUIS MARÍA DE GRIGNION DE MONTFORT)
TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA (SAN LUIS MARÍA DE GRIGNION DE MONTFORT)
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