Jesús ponía una misma condición a cuantos se acercaban a Él: fiarse de Él, entregársele en profundidad. Recuerda a la cananea, a los ciegos, a los leprosos, a las multitudes...
Fe es hallar a Jesús, optar por Él, colocarle como centro y guía.
Esto es lo que hizo San Antonio de Padua. Había nacido en Lisboa. Vivía rodeado de comodidades y aplausos. Y un día optó por Cristo y se le entregó...
Luego nos hablaría a nosotros de esa fe:
- "La fe es la reina de las virtudes. Quien no cree, se parece a los hebreos que se rebelaron contra Moisés en el desierto. Sin la guía de Moisés, sin fe, no se entra en el reino de los cielos. La fe es la vida del alma. La verdadera fe va siempre acompañada de la caridad. Hay que creer amando, abandonándose a Dios..."
-"En agua turbia y movida no se refleja la cara del que en ella se mira. Si quieres que Cristo te mire, en ti se vea, deja el tumulto de las cosas exteriores y procura con premura apaciguar las aguas de tu conciencia..."
¿Cómo vivo la fe? ¿Mi vida está conforme con ella?
La mejor manera de cuidar mi fe es una vida limpia.
He de procurar actualizar mi fe y ponerla al día.
Tener fe no es creer cosas o creer en algo. Es creer en Alguien y entregarte a Él.
(Fr. Angel García de Pesquera, Capuchino).
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