SANTA TERESITA DE LISIEUX
La espiritualidad de Sta. Teresita es, posiblemente, lo más alejado de la herejía pelagiana que sigue hoy muy presente en la Iglesia. Su pequeño camino de infancia espiral es una hoja de ruta actual para alejarse de ese pelagianismo que reclama poner la atención y energía en uno mismo para llegar a la virtud, contraponiéndola con el abandono y la confianza en Dios.
Más energía y más virtud
Una de las confidentes y amigas que tenía en el convento era Sor María de la Trinidad, que solía manifestar a la santa su deseo de tener "más fuerza y energía para practicar la virtud". "Si el buen Dios quiere que seas débil e impotente como un niño -le respondía Sta. Teresita de Lisieux- ¿crees por ello que tienes menos mérito por ello? Acepta, pues, vacilar a cada paso, incluso caer, llevar la cruz débilmente, ama tu impotencia; tu alma sacará de ello su provecho que si, transportada por la gracia, cumples acciones heroicas, llenarían tu alma de satisfacción personal y orgullo".
Salirse del pequeño camino
En otra ocasión que Sor María de la Trinidad estaba triste por sus debilidades, le dijo la santa: "¡Te has vuelto a salir del pequeño camino! Una pena que abate y desalienta procede del amor propio; una pena sobrenatural devuelve el valor, de un nuevo empuje hacia el bien; una es feliz de sentirse débil y mísero porque cuanto mas se reconoce humildemente esperándolo todo gratuitamente del buen Dios sin ningún mérito por nuestra parte mas baja el buen Dios hacia nosotros para calmarnos con sus dones generosamente".
Un modelo de humildad
"Los privilegios de Jesús son para los pequeños" me solía repetir Teresita, cuenta Sor María de la Trinidad. "Era inagotable sobre la confianza, el abandono, la sencillez, la rectitud, la humildad del niño pequeño, y me lo proponía siempre como modelo.
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