"Vi el Rosario de María con todos sus misterios. Cierto piadoso solitario había honrado a la Madre de Dios tejiéndole guirnaldas de flores. Tuvo una inteligencia profunda de la significación de las flores ya hojas de aquellas guirnaldas, las cuales eran ofrecidas por él cada vez con mayor fervor. Entonces la Virgen pidió para él una gracia a su divino Hijo; la gracia fue concedida y es el santo Rosario. Vi el Rosario rodeado de tres órdenes de hojas de diferentes colores, en las cuales estaban representados, en figuras transparentes, todos los misterios de la Iglesia, del Antiguo y del Nuevo Testamento. En el centro del Rosario estaba María con el Niño, por un lado rodeada de ángeles y por el otro de vírgenes, que se daban las manos unos a otros.
La cruz salió de un fruto semejante a la manzana del árbol prohibido; penetrada de parte a parte, su color era especial y estaba llena de pequeños clavos. En la parte interior ostentaba la imagen de un mancebo, de cuya mano salía un sarmiento que se extendía por los brazos de la cruz, en la cual se veían otras figuras que sorbían el jugo de los racimos. La unión de los granos estaba formada por rayos o hilos de diferentes colores, entrelazados a modo de raíces, según su significación y mística. Cada uno de los Padrenuestros estaba rodeado de una guirnalda de hojas, de entre las cuales salía una flor en la que se vía la imagen de alguno de los misterios dolorosos o gozosos de María. Las Avemarías eran estrellas de piedras preciosas; en ellas estaban figurados, por su orden, los patriarcas y ascendientes de María en obras que se referían a la Encarnación y a la Redención. De esta suerte el Rosario comprende Cielo y Tierra, a Dios, a la naturaleza y a la historia, y la restauración de todas las coas mediante el Salvador que nació de María.
Este es el Rosario tal como la Madre de Dios se lo ha dado a los hombres, siendo la devoción que más le agrada. Pocos lo rezan bien. Solo la gracia, la sencillez y la piedad pueden comprenderlo; velado y distante de todo lo terreno, solo se acerca a las almas mediante la meditación y el ejercicio de esta devoción."
Revelaciones y visiones de la Beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824)
Revelaciones y visiones de la Beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824)
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