Dios Padre,
que esperas con los brazos abiertos
a cuantos se acercan a Ti,
reconociendo su debilidad y su pecado.
Ayuda a quienes tú eliges como ministros del perdón
para que, respondiendo con generosa entrega,
modelen su corazón
con el signo de la compasión, la comprensión y el amor.
Hazlos humildes ministros tuyos,
presencia de tu misericordia en medio de este mundo,
para que hagan eficaz en él
la fuerza de tu fidelidad y de tu amor.
Marca su vida con el signo de una compasión
que no solo comprende el sufrimiento,
sino que acude a socorrer a cuantos sufren.
Transforma toda su persona
en manos que acogen y acarician
para ser "misericordiosos como el Padre".
Por Cristo, tu Hijo, nuestro Señor,
que se entregó por nuestra salvación. Amén.
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