Dios se define como justo y misericordioso. Sobre todo, misericordioso.
Dios es rico en misericordia. El es amor. "No quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva".
San Antonio se acogió a esa bondad divina, y toda su vida fue una búsqueda del pecador para llevarlo a los brazos del Padre.
En sus sermones hallamos cómo describía el pecado, aborrecía los pecados, invitaba a la lucha, y cómo amaba a los pecadores.
Nos habla así:
- "El pecado es como una araña que va extendiendo poco a poco sus hilos."
- "Por los pecadores entiendo los amadores de este mundo, los que llevados por la curiosidad y solicitud corren en pos de las riquezas y de los deleites."
- "El corazón del pecador es como mar alborotado: hínchase con la soberbia, abrásase con el hervir de la lujuria, y los malos pensamientos traen sobre él lodo y cieno. así le causan un doble mal: pisotean la gracia e introducen la mancha del pecado".
- "Hay que tener a raya el caballo de nuestro cuerpo. En el freno hay dos cosas: la correa y el hierro. El hierro se pone en la boca del caballo, y con la correa se le frena y se le lleva..."
¿Qué concepto tengo yo del pecado? ¿Lo reconozco con humildad?
¿Vivo la realidad de que Jesús es el buen pastor que busca a la oveja descarriada, el Padre del hijo pródigo que cada tarde sale a la espera del hijo que se fue?
(Fr. Angel García de Pesquera, Capuchino).
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