El encuentro con Jesús producía cambios, transformaciones.
"Todo lo contado por Cristo era transformado, si lo tocado no ponía resistencia."
Eran transformadas las cosas: el agua, el pan, el vino...
También las personas: Zaqueo, Pablo, los apóstoles.
Es que al amor o los halla o los hace iguales.
¿Tu devoción a San Antonio será capaz de transformar tu vida?
Antonio era un joven alegre y rico de Lisboa, y, tras su encuentro con la Palabra de Dios, comienza a ser otro. Lo deja todo e ingresa en los Agustinos, y luego en los Franciscanos. Todo ha cambiado para él.
En sus sermones describe ese anhelo de conversión con que debemos presentarnos ante Dios:
"¿Cómo debe ser tu contrición? Escucha al salmista: mi sacrificio es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecies... Contienen esas palabras la compunción, la reconciliación del pecador, la contrición de todos los pecados y la humillación constante del pecador arrepentido. El espíritu dolorido del penitente es holocausto agradable para el Señor."
¿Hago de este encuentro con San Antonio una ocasión de reconciliarme?
¿Es mucho lo que tengo que cambiar?
¿Hay muchas cosas en mi vida que no son del agrado de Dios?
¿Pongo mi vivir en favor del bien, en lucha por un mundo mejor?
(Fr. Angel García de Pesquera, Capuchino).
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