martes, 30 de junio de 2015

COMO AYUDAR A LOS DIFUNTOS

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El Padre Loring en una de sus conferencias nos explicaba como ayudar a los difuntos de esta forma:

La Iglesia tiene el tesoro de las indulgencias. Si la Iglesia legisla sobre las indulgencias es porque es una realidad. Hoy la Iglesia ha dejado dos tipos de indulgencia, parcial y plenaria.

Indulgencia parcial: La iglesia me duplica mi mérito por dos. Si doy un beso a una medalla vale según mi fervor, el valor del beso a la medalla, crucifijo, estampa... en orden a la vida eterna depende de mi fervor. Pero si el objeto esta indulgenciado con indulgencia parcial merece el doble. El fervor que yo pongo se multiplica por dos.

Indulgencia plenaria: Suprime el purgatorio. Si la gana un moribundo no pasa por el purgatorio. Si la gana un alma que esta en el purgatorio sale del purgatorio. El purgatorio es dogma de fe. Nosotros podemos aplicar a un alma del purgatorio la indulgencia plenaria. Así se te quitan las cicatrices que dejaron en tu alma los pecados cometidos. Cuando cometes un pecado mortal tienes una herida mortal que mata tu alma, si no te arrepientes te condenas. Si te confiesas del pecado mortal se te cura la herida no te condenas pero te dejan una cicatriz. Los pecados perdonados dejan cicatrices y de  esas cicatrices te purificas en el purgatorio antes de entrar en el cielo porque en el cielo tienes que entrar sin cicatrices. En el cielo tienes que entrar presentable y no hecho un pirata. El purgatorio es como un tratamiento de belleza para el alma.

Esta indulgencia plenaria la puedo ganar para mi o para otros. El requisito de ganarla para mí mismo es que tengo que tener total aborrecimiento de todo desorden porque si tengo un afecto desordenado ya estoy mereciendo el purgatorio, quizás infierno. Si tengo un afecto desordenado no gano la indulgencia plenaria por el inconveniente que tengo en mí pero si yo aplico a otro una indulgencia plenaria no importa que yo tenga un apego desordenado ya lo pagaré en el purgatorio pero, qué culpa tiene el otro? Es mas fácil ganar la indulgencia plenaria para otro que para uno mismo.

Basta con hacer la obra indulgenciada y las cumplir las condiciones. Hay cuatro formas de ganar la indulgencia plenaria:
1. Rezar el rosario delante del Santísimo o en común.
2. Media hora de oración delante del Santísimo.
3. Media hora de lectura de Biblia.
4. Hacer el Vía Crucis.

Solo se puede ganar una indulgencia plenaria al día.

Las condiciones son las siguientes:
1. Confesar ocho dias antes o después. Si me confieso cada quince días vale.
2. Comulgar una comunión por cada indulgencia.
3. Rezar por las intenciones del Papa.

Puedo salvar un alma del purgatorio cada día!!!!! Es una obra de caridad impresionante además de lo que significa tener en el cielo ese ejercito de amigos que saben que tú los sacaste del purgatorio. Como estarán pidiendo a Dios por tus necesidades!

Hay una cosa que se llama el voto de ánimas, lo llaman acto heroico de caridad, pero de heroicidad nada!! Egoisticamente es beneficioso. El voto de animas es que yo renuncio a todos los méritos renuniables, porque hay otros intransferibles,  méritos que consigo con mis buenas obras. Renuncio y los pongo en manos del Señor y de la Virgen para que ellos los distribuyan entre las almas del purgatorio mas necesitadas, como quieran.

Soy yo el que salgo ganando haciendo un acto de misericordia con las almas del purgatorio pues Dios tendrá misericordia conmigo, y tener en el cielo un ejercito de amigos míos que saben que yo les ayude a entrar en la gloria!!

Los misericordiosos alcanzarán misericordia.

http://www.jorgeloring.org/Inicio.html

lunes, 29 de junio de 2015

EL CULTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

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971 "Todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc 1, 48): "La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano" (MC 56). La Santísima Virgen «es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial. Y, en efecto, desde los tiempos más antiguos, se venera a la Santísima Virgen con el título de "Madre de Dios", bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades [...] Este culto [...] aunque del todo singular, es esencialmente diferente del culto de adoración que se da al Verbo encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo, pero lo favorece muy poderosamente" (LG 66); encuentra su expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios (cf. SC 103) y en la oración mariana, como el Santo Rosario, "síntesis de todo el Evangelio" (MC 42).

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

viernes, 26 de junio de 2015

DIVERSAS FORMAS DE PENITENCIA EN LA VIDA CRISTIANA

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La conversión nace del corazón, pero no se queda encerrada en el interior del hombre, sino que fructifica en obras externas, poniendo en juego a la persona entera, cuerpo y alma. Entre ellas destacan, en primer lugar, las que están incluidas en la celebración de la Eucaristía y las del sacramento de la Penitencia, que Jesucristo instituyó para que saliéramos victoriosos en la lucha contra el pecado.

Además, el cristiano tiene otras muchas formas de poner en práctica su deseo de conversión. "La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el ayuno, la oración y la limosna (cfr. Tb 12,8: Mt 6,1-18), que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás" (Catecismo, 1434). A esas tres formas se reconducen, de un modo u otro, todas las obras que nos permiten rectificar el desorden del pecado.

Con el ayuno se entiende no sólo la renuncia moderada al gusto en los alimentos, sino también todo lo que supone exigir al cuerpo y no darle gusto con el fin de dedicarnos a lo que Dios nos pide para el bien de los demás y el propio. Como oración podemos entender toda aplicación de nuestras facultades espirituales -inteligencia, voluntad, memoria- a unirnos a Dios Padre nuestro en conversación familiar e íntima. Con relación a los demás, la limosma no es sólo dar dinero u otros bienes materiales a los necesitados, sino también otros tipos de donación: compartir el propio tiempo, cuidar a los enfermos, perdonar a los que nos han ofendido, corregir al que lo necesita para rectificar, dar consuelo a quien sufre, y otras muchas manifestaciones de entrega a los demás.

La Iglesia nos impulsa a las obras de penitencia especialmente en algunos momentos, que nos sirven además para ser más solidarior son los hermanos en la fe. "Los tiempos y los tías de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de Cuaresma, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia". (Catecismo, 1438).

jueves, 25 de junio de 2015

DETENTE, EL CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ CONMIGO

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La práctica del «Detente» es santa como santo es el culto y el amor a Jesucristo. Es fructuosa por las virtudes que ejercita de fe, oración, amor y esperanza; por las grandes gracias y favores que se han obtenido y se obtienen de su uso.

El «Detente» significa: ¡«Detente»! Satanás, tentación, pasión, peligro, enemistad, tristeza, penas, infierno, que el Corazón de Jesús, mi Dios, mi Redentor, mi amor, mi esperanza, mi todo, está conmigo.

Por lo tanto, llevar el «Detente» del Sagrado Corazón y llevarlo con amor y fe, es lo mismo que si lleváramos un escudo contra toda clase de peligros. Procuremos que los enfermos, niños, jóvenes, ancianos y todo el mundo lleven encima un «Detente», en la cartera o debajo de la almohada (en el caso de enfermos). Si es un «Detente» escapulario, debe ser impuesto. Algunos militares se los imponen ellos mismos para siempre.

¡CONVIÉRTETE!

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El encuentro con Jesús producía cambios, transformaciones.

"Todo lo contado por Cristo era transformado, si lo tocado no ponía resistencia."

Eran transformadas las cosas: el agua, el pan, el vino...

También las personas: Zaqueo, Pablo, los apóstoles.

Es que al amor o los halla o los hace iguales.

¿Tu devoción a San Antonio será capaz de transformar tu vida?

Antonio era un joven alegre y rico de Lisboa, y, tras su encuentro con la Palabra de Dios, comienza a ser otro. Lo deja todo e ingresa en los Agustinos, y luego en los Franciscanos. Todo ha cambiado para él.

En sus sermones describe ese anhelo de conversión con que debemos presentarnos ante Dios:

"¿Cómo debe ser tu contrición? Escucha al salmista: mi sacrificio es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecies... Contienen esas palabras la compunción, la reconciliación del pecador, la contrición de todos los pecados y la humillación constante del pecador arrepentido. El espíritu dolorido del penitente es holocausto agradable para el Señor."

¿Hago de este encuentro con San Antonio una ocasión de reconciliarme? 
¿Es mucho lo que tengo que cambiar? 
¿Hay muchas cosas en mi vida que no son del agrado de Dios? 
¿Pongo mi vivir en favor del bien, en lucha por un mundo mejor?
 

(Fr. Angel García de Pesquera, Capuchino).

miércoles, 24 de junio de 2015

SAN JUAN BAUTISTA RUEGA POR NOSOTROS

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Este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento.

San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (de hoy en seis meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús).

Oración

Gloriosísimo San Juan Bautista, por el amor ardiente que tuviste al Niño Jesús y por la santísima dulzura que infundió en tu corazón con sus halagos; por aquellos privilegios que te concedió para hacer tantos milagros a favor de tus devotos, te suplico te dignes favorecerme en todas mis necesidades con tu eficaz patrocinio y en particular te ruego me alcances la gracia que te pido en este día.

¡Oh, glorioso San Juan Bautista, muévete a piedad de esta alma acongojada, que en ti puso sus esperanzas; líbrala, te ruego, de sus miserias. ¡Oh, santo de los milagros!, alivia la congoja de mi corazón, y haz que yo viva aquí como verdadero amante de mi Jesús para poder gozar de Él en el Cielo. Amén.
Cántico de Zacarías. Lucas 1,68-79 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.
 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando su misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
 

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
 

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de los pecados.
 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

martes, 23 de junio de 2015

RECONOCE TU PECADO

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Dios se define como justo y misericordioso. Sobre todo, misericordioso.

Dios es rico en misericordia. El es amor. "No quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva".

San Antonio se acogió a esa bondad divina, y toda su vida fue una búsqueda del pecador para llevarlo a los brazos del Padre.

En sus sermones hallamos cómo describía el pecado, aborrecía los pecados, invitaba a la lucha, y cómo amaba a los pecadores.

Nos habla así:

- "El pecado es como una araña que va extendiendo poco a poco sus hilos."
- "Por los pecadores entiendo los amadores de este mundo, los que llevados por la curiosidad y solicitud corren en pos de las riquezas y de los deleites."
- "El corazón del pecador es como mar alborotado: hínchase con la soberbia, abrásase con el hervir de la lujuria, y los malos pensamientos traen sobre él lodo y cieno. así le causan un doble mal: pisotean la gracia e introducen la mancha del pecado".
- "Hay que tener a raya el caballo de nuestro cuerpo. En el freno hay dos cosas: la correa y el hierro. El hierro se pone en la boca del caballo, y con la correa se le frena y se le lleva..."

¿Qué concepto tengo yo del pecado? ¿Lo reconozco con humildad?
¿Vivo la realidad de que Jesús es el buen pastor que busca a la oveja descarriada, el Padre del hijo pródigo que cada tarde sale a la espera del hijo que se fue?

(Fr. Angel García de Pesquera, Capuchino).

lunes, 22 de junio de 2015

PADRENUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO

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"Por tanto, el que pronuncia el Padrenuestro es el que está realmente en camino de conversión, quien quiere que venza Cristo en mí, que desea que sea el hombre celestial quien hable, que actúe y pida. ¡Cuántas peticiones y cuántos deseos hay en nuestra vida que no proceden del hombre caído, del hombre derrotado por el pecado, del hombre cautivado por el diablo! ¡Cuántas peticiones, cuántos deseos materialistas y hedonistas, deseos que no tienen nada que ver con Dios, deseos de venganza, de ira...!

Les digo todo esto con vehemencia porque el tema lo merece. Algunos pueden pensar que todo está en calma. ¿Cómo que está en calma? ¡Dentro de nosotros está abierta una profunda guerra! ¿O es que alguien puede decir que la sangre de Cristo en la cruz fue por una minucia? No; porque en nosotros hay una guerra. Dios, que nos ha creado para Sí, lo ha entregado todo e incluso se ha entregado a sí mismo para que nadie robe la gloria que nos quiere regalar.

Por tanto, que cada vez que recemos el Padrenuestro y digamos que estás en el cielo, inmediatamente estamos diciendo a Dios: Dios mío, estoy en actitud de conversión y quiero que hable el hombre nuevo, el hombre celeste, no quiero que sea el diablo quien ponga en mí palabras.

Hoy decía el Papa una cosa bellísima: que el diablo empleaba argumentos bíblicos muy bien traídos. ¿Por qué? Porque muchas veces nosotros,  para justificar nuestra vida de hombre viejo, de hombre caído, empleamos mil discursos que cuadran bastante bien, que son vistosos, obvios y atractivos. Perdoen por esta caído ontológica, per me viene ahora a la cabeza esa escena de una película de los hermanos Marx en la que Gruocho está jugando a un solitario a las cartas. De repente mira a un lado, mira a otro, y se saca una carta de la manga. ¡Se ha engañado a sí mismo! Pues igual nos ocurre a nosotros. ¡Nos engañamos a nosotros mismos, nos argumentamos a nosotros mismos para engañarnos, para decirnos que es el hombre celestial quien habla! Pero a Dios no le engaña nadie; y en el fondo, nosotros tampoco nos engañamos.

Por eso, hermanos, ¡qué frase tan bonita!: que estás en el cielo. Cuando utilizas la frase que estás en el cielo, te cautiva porque estás diciendo que va a hablar el hombre redimido por Ti, el hombre que saborea las delicias del Señor. Hoy sería la primera cosa que debemos cuestionarnos: ¿es el hombre redimido, y el que actúa, el mismo que está hablando? ¿O es otro?".

Pablo Domínguez Prieto, sacerdote y decano de Teología de la Universidad de San Dámaso, en Madrid (Reflexión y meditación dirigida a unos sacerdotes colombianos en unos ejercicios espirituales).

 
Toda la información sobre la película cuyo protagonista es el maravilloso sacerdote Pablo Dominguez, que se llama: “La Ultima Cima” se encuentra en la siguiente dirección: http://www.laultimacima.com
Se proyecta a petición popular.

viernes, 19 de junio de 2015

TIERRA DE MARÍA

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María, madre de Dios y madre nuestra.
Me pongo bajo tu manto.
Le pido a Dios por todas tus intenciones.
Te doy a ti toda mi vida, mis alegrías y mis penas.
Cuidame madre.
Invítame a Medjugorje una vez mas con todos mis seres queridos.

Jesús, José y María, os amo. Salvad las almas.

http://www.maryslandmovie.com/fullscreen/trailer1/

jueves, 18 de junio de 2015

EL PADRE TRAMPITAS: LA ORACIÓN, LA ORACIÓN, LA ORACIÓN

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Su nombre era Juan Manuel Martínez Macías pero nadie, o casi nadie, lo conocía por ese nombre. Para todos era el P. Trampitas, el capellán de la prisión más grande del mundo, el penal mexicano de las Islas Marías, en el Océano Pacífico. La única cárcel con muros de agua, y un agua infestada de tiburones. Una cárcel que está a 12 horas en barco de la costa oeste del continente.

La historia del P. Trampitas es la historia de un joven violento y exaltado, la de un anticlerical al que le sucedió lo mismo que a san Agustín: las oraciones y las lágrimas de su madre, al igual que las de Santa Mónica, fueron el motivo de su conversión. De revolucionario y terrorista, a capellán de los delincuentes más peligrosos de México. Un buen cambio: nadie mejor que él para esa misión.

Juan Manuel y sus amigos eran conocidos por su actitud violenta y anticlerical. No era extraño verle en conflictos con la Iglesia.

Cuando todo estaba a punto de ejecutarse, a tan solo nueve días, Cristo se cruzó por el camino. Su madre acababa de descubrir unos papeles que le comprometían y que detallaban lo que había planeado. Llorando, le dijo su madre: “Te quiero mucho hijo, pero al mismo tiempo te odio porque eres enemigo de Dios”. En esos momentos, Juan Manuel, impresionado, le juró: “Mira, madre: desde este momento, va a ser otro tu hijo. Si te lo cumplo, que Cristo me bendiga y si no te lo cumplo, que Cristo me maldiga”. Y continuó: “Mira, sé que lo que voy a hacer, me va a costar la vida”. A lo que respondió ella: “Y, ¿para qué quieres la vida si no la das por Cristo?”.

Esa pregunta fue su sostén en los tiempos más duros de su estancia en la prisión: “Cuando me llega la nostalgia de la libertad, cuando quiero abandonar todo aquello, parece que la voz de mi madre hace eco y permanece allí: “¿Para qué quieres la vida, si no la das por Cristo…?”
 
La clave del P. Trampitas es muy clara. Lo mismo que su madre oró y oró por su conversión, así las conversiones de penal son fruto de la oración: “Miren, esas conversiones de las que tanto hablo, yo se las debo a la oración, no cabe duda. La oración todo lo alcanza, y si alguna madre de familia tiene un hijo que va por malos pasos, haga lo que mi madre hizo, de veras, la oración, la oración, la oración”.

 



LOS COLORES LITURGICOS


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Los colores propiamente litúrgicos son seis: blanco, rojo, verde, morado, negro y rosáceo.

El color blanco se usa en el Tiempo de Navidad, Epifanía, Pascua, ascensión, Corpus, etc.; en las fiestas de la Virgen y de los Ángeles; en las de Santos no mártires, etc.; y, aunque hayan sido mártires, cuando no se celebra su martirio.
El color blanco denota alegría, exultación, pureza.

El color rojo se usa en las fiestas de los misterios de la Cruz o Pasión de Jesús; en las del Espíritu Santo; en las de los Apóstoles y Mártires, cuando se conmemora el martirio, y en la bendición y procesión del domingo de Ramos.
El amor rojo simboliza el amor, la caridad, derramamiento de sangre, etc...

El color verde se usa en los domingos de segunda clase, después de la Epifanía y después de Pentecostés; desde el día 14 de enero hasta el sábado antes de septuaségima.
El color verde representa la esperanza y deseos de alcanzar el Cielo por los méritos de Jesús.

El color morado se usa ordinariamente en las Misas del Tiempo de Septuasésima, Cuaresma y pasión; en los domingos y ferias de Adviento; en las vigilias de segunda y tercera clase, menos en la de la ascensión; en la bendición de las Cenizas; en las Misas de Témporas, etc.
El color morado significa penitencia, mortificación, tiempo de oración y de ayuno.

El color negro se usa el Viernes Santo y en todas las Misas de Difuntos.
El color negro simboliza tristeza, dolor, muerte.

El color rosáceo puede usarse solamente el Domingo 3 de Adviento y el 4 de Cuaresma.
Este color significa alivio en la penitencia.

El color azul celeste no es propiamente litúrgico y sólo puede usarse por privilegio en la fista de la Inmaculada Concepción, no en otras fiestas.