El Padre Loring en una de sus conferencias nos explicaba como ayudar a los difuntos de esta forma:
La Iglesia tiene el tesoro de las indulgencias. Si la Iglesia legisla sobre las indulgencias es porque es una realidad. Hoy la Iglesia ha dejado dos tipos de indulgencia, parcial y plenaria.
Indulgencia parcial: La iglesia me duplica mi mérito por dos. Si doy un beso a una medalla vale según mi fervor, el valor del beso a la medalla, crucifijo, estampa... en orden a la vida eterna depende de mi fervor. Pero si el objeto esta indulgenciado con indulgencia parcial merece el doble. El fervor que yo pongo se multiplica por dos.
Indulgencia plenaria: Suprime el purgatorio. Si la gana un moribundo no pasa por el purgatorio. Si la gana un alma que esta en el purgatorio sale del purgatorio. El purgatorio es dogma de fe. Nosotros podemos aplicar a un alma del purgatorio la indulgencia plenaria. Así se te quitan las cicatrices que dejaron en tu alma los pecados cometidos. Cuando cometes un pecado mortal tienes una herida mortal que mata tu alma, si no te arrepientes te condenas. Si te confiesas del pecado mortal se te cura la herida no te condenas pero te dejan una cicatriz. Los pecados perdonados dejan cicatrices y de esas cicatrices te purificas en el purgatorio antes de entrar en el cielo porque en el cielo tienes que entrar sin cicatrices. En el cielo tienes que entrar presentable y no hecho un pirata. El purgatorio es como un tratamiento de belleza para el alma.
Esta indulgencia plenaria la puedo ganar para mi o para otros. El requisito de ganarla para mí mismo es que tengo que tener total aborrecimiento de todo desorden porque si tengo un afecto desordenado ya estoy mereciendo el purgatorio, quizás infierno. Si tengo un afecto desordenado no gano la indulgencia plenaria por el inconveniente que tengo en mí pero si yo aplico a otro una indulgencia plenaria no importa que yo tenga un apego desordenado ya lo pagaré en el purgatorio pero, qué culpa tiene el otro? Es mas fácil ganar la indulgencia plenaria para otro que para uno mismo.
Basta con hacer la obra indulgenciada y las cumplir las condiciones. Hay cuatro formas de ganar la indulgencia plenaria:
1. Rezar el rosario delante del Santísimo o en común.
2. Media hora de oración delante del Santísimo.
3. Media hora de lectura de Biblia.
4. Hacer el Vía Crucis.
Solo se puede ganar una indulgencia plenaria al día.
Las condiciones son las siguientes:
1. Confesar ocho dias antes o después. Si me confieso cada quince días vale.
2. Comulgar una comunión por cada indulgencia.
3. Rezar por las intenciones del Papa.
Puedo salvar un alma del purgatorio cada día!!!!! Es una obra de caridad impresionante además de lo que significa tener en el cielo ese ejercito de amigos que saben que tú los sacaste del purgatorio. Como estarán pidiendo a Dios por tus necesidades!
Hay una cosa que se llama el voto de ánimas, lo llaman acto heroico de caridad, pero de heroicidad nada!! Egoisticamente es beneficioso. El voto de animas es que yo renuncio a todos los méritos renuniables, porque hay otros intransferibles, méritos que consigo con mis buenas obras. Renuncio y los pongo en manos del Señor y de la Virgen para que ellos los distribuyan entre las almas del purgatorio mas necesitadas, como quieran.
Soy yo el que salgo ganando haciendo un acto de misericordia con las almas del purgatorio pues Dios tendrá misericordia conmigo, y tener en el cielo un ejercito de amigos míos que saben que yo les ayude a entrar en la gloria!!