Señor Jesús, que eliges a los que quieres
para el ministerio sacerdotal; ayúdales,
para que estén siempre atentos a tu palabra,
para que sepan prescindir de sus gustos y se pongan
incondicionalmente al servicio de tu Pueblo.
Que, como santa Teresa de Jesús, te sientan siempre
cercano, compañero y amigo,
modelo de vida entregada a Dios y a los hermanos.
Atentos a leer, en los signos de este tiempo,
lo que Tú pides a tu Iglesia y a sus seguidores,
para que tu palabra sea, de nuevo, la luz que
encamine a los hombres y mujeres de nuestro tiempo
hacia la felicidad y plenitud de vida.
Te pedimos, Señor, que tus sacerdotes,
y aquellos que se preparan para recibir el ministerio,
llenos de tu gozo, irradien la alegría de vivir,
de amar y comunicar el Evangelio,
de modo que su vida ilusione a los jóvenes
y les anime a responder a tu llamada,
para que, como santa Teresa, se pregunten:
"Señor ¿qué mandáis hacer de mí?".
Amén.
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