Cuando Juan Pablo II escribió el Documento Pontificio Dolor que salva, dijo: "Cuendo una persona une a al Pasión de Jesucristo un sufrimiento, este se transforma en una partícula de valor infinito".
El papa Pío XII recuerda en la Encíclica Del Cuerpo Mísitico de Jesucristo estas palabras de San León Magno: "Cuando unimos nuestros sufrimientos a la Pasión de Jesucristo, nuestros cuerpos, por el bautismo, son transformados en carne de Jesús crucificado, que salva almas, por tener un valor infinito".
San Pablo explicaba esto mismo con esta frase: "Completo en mi carne, en bien de la Iglesia, lo que falta a la Pasión de Jesucristo".
Con estas palabras quería significar San Pablo, que, cuando sufría por algo, soportaba su sufrimiento por amor a Jesucristo crucificado porque sabía que salvaba almas. SALVAR UN ALMA ES SALVARSE A SÍ MISMO, DICE LA SAGRADA ESCRITURA.
EL GRAN TESORO DEL SUFRIMIENTO
Podemos hacer esto tan grande que explica este escrito diciendo: "Estos sufrimientos que padezco, los sufro por amor a Jesús Crucificado".
Santa Teresa, después de morir, se apareció a una de sus religiosas y le reveló que gozaba de un inmenso premio en ele cielo, no tanto por las buenas obras, cuanto por los padecimientos que en vida sufrió con agrado, por amor a Jesucristo crucificado.
San Pablo dijo: "Alegraos cuando sufráis por amor a Jesús Crucificado, porque cuando venga a juzgaros, desbordaréis de gozo".
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS VIVIÓ PARA SALVAR ALMAS
Un día, del libro de oraciones de Santa Teresa de Lisieux, se deslizó una estampa de Jesús crucificado, y por el margen sobresalía tan solo la imagen del brazo elevado de Jesús en la cruz, del que caían al suelo gotas de sangre.
"Quede´impresionada al ver aquella sangre que caía de una de las manos divinas; experimenté una gran pena, al pensar que caía a tierra, ¡sin que nadie la recogiese!", nos dice Santa Teresita.
Desde ese momento, su decición de entrar en el convento fue definitiva.
Santa Teresa de Lisieux decidió así dedicar su vida a recoger y aprovechar la sangre de Jesús crucificado, uniendo cada uno de sus ACTOS Y SUFRIMIENTOS a su Pasión, salvando así a multitud de almas.
Un grupo de religiosas que habían convivido con Santa Teresa de Lisieux, hacían el siguiente comentario, pocos días antes de su muerte: "Esta religiosa no ha hecho nada en su vida..."
¿Qué hizo Santa Teresa del Niño Jesús para que fuese canonizada?...
¿Qué hizo esta santa, para que fuese proclamada patrona de las misiones?...
¿Qué hizo para que fuese declarada por Juan Pablo II Doctora de la Iglesia?...
¿Qué hizo para que antes de su canonización, se le atribuyeran más de cuatro mil milagros?...
CADA VEZ HAY MÁS CONVERSIONES
Cada vez con más frecuencia se leen y se oyen comentarios de que aumenta el núemro de conversiones en una serie de países. Al unir con amor nuestros sufrimientos a la Pasión de Jesucristo, Él concede la conversión a una serie de pecadores.
San Pablo dice que así como los miembros más débiles del cuerpo humano son los más necesarios (los ojos, la lengua, el corazón), así también los cristianos enfermos y los que sufren, por ser miembros del cuerpo místico de Jesucristo, son los más necesarios para salvar almas.
Los sufrimientos padecidos por amor a Jesús crucificado son una gracia extraordinaria de Dios, para hacernos pagar en esta vida la deuda de la pena temporal de los pecados cometidos.
En cambio, pagarla en el purgatorio supone unos sufrimientos incomparablemente mayores, y sin méritos para más felicidad en el cielo.
Si lees este escrito y los practicas, Jesús te mirará con ojos de ternura infinita..., y además, Él será, en el día del juicio, el sol de tu felicidad. Así lo ha dicho en la Sagrada Escritura.
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