La verdadera devoción a la Santísima Virgen puede expresarse interiormente de diversas maneras. He aquí, en resumen, las principales:
1º) Honrarla como a digna Madre de
Dios, con un culto de hiperdulía, es decir, estimarla y venerarla más que a
todos los otros santos, por ser Ella la obra maestra de la gracia y la primera
después de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
2º) Meditar sus virtudes,
privilegios y acciones.
3º) Contemplar sus grandezas.
4º) Ofrecerle actos de amor,
alabanza y acción de gracias.
5º) Invocarla de corazón.
6º) Ofrecerse y unirse a Ella.
7º) Realizar todas las acciones con
intención de agradarla.
8º) Comenzar, continuar y concluir
todas las acciones por Ella, en Ella, con Ella y para Ella a fin de hacerlas
por Jesucristo, en Jesucristo, con Jesucristo y para Jesucristo, nuestra meta
definitiva.
Más adelante explicaremos esta
última práctica.
La verdadera devoción a la Santísima
Virgen tiene también varias prácticas exteriores. Éstas son las
principales:
1º) Inscribirse en sus cofradías y
entrar en las congregaciones marianas.
2º) Entrar en las Órdenes o
Institutos religiosos fundados para honrarla.
3º) Publicar sus alabanzas.
4º) Hacer en su obsequio limosnas,
ayunos y mortificaciones espirituales y corporales.
5º) Llevar sus libreas, como el
santo Rosario, el escapulario o la cadenita.
6º) Rezar atenta, devota y
modestamente:
– El santo Rosario,
compuesto de quince decenas de Avemarías, en honor de los quince principales
misterios de Jesucristo.
– O la tercera parte del
Rosario, que son cinco decenas, en honor de:
· los cinco misterios gozosos (Anunciación,
Visitación, Nacimiento de Jesucristo, Purificación y el Niño perdido y
hallado en el templo) o de
· los cinco misterios dolorosos (Agonía de Jesús
en el Huerto, Flagelación, Coronación de espinas, subida al Calvario con la
cruz a cuestas y Crucifixión y Muerte de Jesús) o de
· los cinco misterios gloriosos (Resurrección de
Jesucristo, Ascensión del Señor, Venida del Espíritu Santo, Asunción y
Coronación de María por las tres Personas de la Santísima Trinidad).
– O una corona de seis o siete
decenas en honor de los años que, según se cree, vivió sobre la tierra la
Santísima Virgen.
– O la coronilla de la
Santísima Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías, en honor de
su corona de doce estrellas o privilegios.
– O el Oficio de Santa
María Virgen, tan universalmente aceptado y rezado en la Iglesia.
– O el Salterio
menor de María Santísima, compuesto en honor suyo por san Buenaventura y que
inspira afectos tan tiernos y devotos, que no se puede rezar sin conmoverse.
– O catorce
Padrenuestros y Avemarías en honor de sus catorce alegrías u otras oraciones,
himnos y cánticos de la Iglesia, como la Salve; Madre del Redentor; Salve,
Reina de los cielos, según los tiempos litúrgicos; el himno Salve, de
mares Estrella, la antífona Oh gloriosa Señora, el Magníficat,
u otras piadosas plegarias de que están llenos los Devocionarios.
7º) Cantar y hacer cantar en su
honor cánticos espirituales.
8º) Hacer en su honor cierto número
de genuflexiones o reverencias, diciéndole, por ejemplo, todas las mañanas
sesenta o cien veces: Dios te salve, María, Virgen fiel, para alcanzar
de Dios, por mediación suya, la fidelidad a la gracia durante todo el día; y
por la noche: Dios te salve, María, Madre de misericordia, para implorar
de Dios, por medio de Ella, el perdón de los pecados cometidos durante el día.
9º) Mostrar interés por sus
cofradías, adornar sus altares, coronar y embellecer sus imágenes.
10º) Organizar procesiones y llevar
en ellas sus imágenes y llevar una consigo, como arma poderosa contra el
demonio.
11º) Hacer pintar o grabar sus
imágenes o su monograma y colocarlas en las iglesias, las casas o los dinteles
de las puertas y entrada de las ciudades, de las iglesias o de las casas.
12º) Consagrarse a Ella en forma
especial y solemne.
Existen muchas otras formas de
verdadera devoción a María, inspiradas por el Espíritu Santo a las personas
santas y que son muy eficaces para la santificación. Pueden leerse, en extenso,
en El Paraíso abierto a Filagia, compuesto por el P. Pablo Barry, sj,
quien ha recopilado en esta obra gran número de devociones practicadas por los
santos en honor de la Santísima Virgen, siempre que se hagan con las debidas
disposiciones, es decir:
1º) Con la buena y recta intención
de agradar a Dios solo, unirse a Jesucristo, nuestra meta final y edificar al
prójimo.
2º) Con atención, sin distracciones
voluntarias.
3º) Con devoción, sin precipitación
ni negligencia.
4º) Con modestia y compostura
corporal respetuosa y edificante.
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María por San Luis María Grignion de Montfort
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María por San Luis María Grignion de Montfort
No hay comentarios:
Publicar un comentario