miércoles, 31 de diciembre de 2014

LA CONFIANZA


1578.- Que las almas que tienden a la perfección adoren especialmente Mi misericordia, porque la abundancia de gracias que les concedo proviene de Mi misericordia. Deseo que estas almas se distingan por una confianza sin límites en Mi misericordia. Yo Mismo Me ocupo de la santificación de estas almas, les daré todo lo que sea necesario para su santidad. Las gracias de Mi misericordia se toman con un sólo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones.

198.- Una vez el Señor me dijo: Hija Mía, tu confianza y tu amor impiden Mi justicia y no puedo castigar por Me lo impides. Oh, cuanta fuerza tiene el alma llena de confianza.


358.- No comprendo, cómo es posibles no tener confianza en Aquel que lo puede todo; con Él todo y sin Él nada. Él, el Señor, no permitirá ni dejará que queden confundidos aquellos que han puesto en él toda su confianza.

1076.- Escribe: Todo lo que existe está encerrado en las entrañas de Mi misericordia más profundamente que un niño en el señor dela madre. Cuán dolorosamente Me hiera la desconfianza en Mi bondad. Los pecados de desconfianza son los que Me hieren mas penosamente.

1602.- Hoy el Señor me dijo: Cuando te acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma. Cada vez que vas a confesarte, sumérgete toda en Mi misericordia con gran confianza para que pueda derramar sobre tu alma la generosidad de Mi gracia. Cuando te acercas la confesión debes ser que Yo Mismo te espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se encuentra con el Dios de la misericordia. Di a las almas que de esta Fuente de Misericordia las almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de la confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites. Los soberbios permanecen siempre en  pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes.

1643.- Escucha, hija Mía, aunque todas las obras que surgen por Mi voluntad están expuestas a grandes sufrimientos, sin embargo considera si alguna de ellas estuvo expuesta a mayores dificultades que la obra directamente Mía la obra de la Redención. No debes preocuparte demasiado por contrariedades. El mundo no es tan fuerte como parece, su fuerza es estrictamente limitada. Has de ser, hija Mía, que si tu alma está llena del fuego de Mi puro amor, entonces todas las dificultades desaparecen como la niebla bajo el rayo del sol y tienen miedo de atacar tal alma, y todos los adversarios temen meterse con ella, porque sienten que esa alma es más fuerte que el mundo entero...

Diario de Santa Faustina. Mensaje de misericordia de Jesucristo al mundo actual.

martes, 30 de diciembre de 2014

LA NIÑA QUE SE ENTREGÓ A DIOS

                                             

LA VENERABLE SIERVA DE DIÓS MARIA DEL CARMEN GONZÁLEZ-VALERIO Y SÁENZ DE HEREDIA

María del Carmen González Valerio y Sáez de Heredia, nación en  Madrid el 14 de marzo de 1930. En el seno de una familia profundamente crisitana, siendo la segunda de cinco hermanos. Sus padres la consagraron a la Virgen antes de nacer y después se la ofrecieron en diversas peregrinaciones en sus Santuarios principales.

Tuvo prisa el Señor en hacerla suya disponiendo que recibiera el Santo Bautismo a las pocas horas de nacer. A los dos años recibió el Sacramento de la Confirmación y ya desde entonces se notaban en ella síntomas de una vida interior inexplicale a su edad, si no es por obra de la Gracia. Con ansias incontenidas por recibir a Jesús-Eucaristía, se preparó con entusiasmo, seriedad y un interés impropio de su corta edad, a su Primer Comunión que hizo a los seis añor, el 27 de junio de 1936.

Para ella TODO se encontraba en "Jesús". Tenía mucha devoción a su Corazón y gastaba sus ahorros en propagarla... Sentía gran repugnancia hacia la mentira. Era muy agradecida a cualquier servicio que se le hiciera. Todos se sentían felices a su lado. La fe alumbraba toda su vida y ya desde muy pequeña tení muy claro el concepto de la santidad, siguiendo el ejemplo de Cristo.

Sus virtudes características fueron: La pureza y la caridad. De la primera dio pruebas constantes defendiéndola a cualquier precio. La segunda la practicaba con los que la rodeaban y con los desconocidos que estaban lejos, dando sus mejores cosas; y, sobre todo, dándose a si misma en la entrega total que de su vida hizo a Dios por la salvación de los que habían fusilado a su padre el 29 de agosto de 1936. Fue el Jueves Santo, 6 de abril de 1939, después de la Comunión. El Señor aceptó su ofrenda victimal y muere en la cruz el 17 de julio de 1939, después de sufrir sin queja, obediente a todos y repitiendo los nombres de Jesús, María y José. Habiendo predicho el día de su entrada en el Cielo y que la Virgen vendría a buscarla. Tenía nueve años y ya había llenado una gran vida sobrenatural.

Un día, en el colegio, después de confesar a todas las niñas, el padre que las confesó dijo: "Esta niña está llena del Espíritu Santo".

ORACIÓN

Jesús, que dijiste: "Dejad que los niños se acerquen a mí", y que has querido infundir-Tú que eras "la flor del campo y el lirio de los valles"-en el alma de Mari Carmen la virtud de la inocencia y el deseo de volar al cielo antes de verse mancha por la culpa; por aquel heroico amor con que en medio de los mayores sufrimientos, mantuvo su generosa entrega, te suplicamos que, por su oración, suscites en los hogares cristianos una legión de almas puras que sigan sus huellas, y que, si es voluntad glorificarla en la tierra, nos concedas las gracias que te pedimos por su intercesión.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Se ruega a quienes obtengan gracias, por la intercesión de Mari Carmen, que comuniquen a la Asociación de Amigos de la Causa de Beatificación de Mari Carmen, calle Sagasta, 28-2º 28004 Madrid. 

lunes, 29 de diciembre de 2014

ORACIÓN DE LOS ESPOSOS

                                             

Señor:

Haz de nuestro hogar un sitio de amor.
Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión.
Que no haya amargura porque Tú nos bendices.
Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas.
Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros.
Que sepamos marchar hasta Ti en nuestro diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio.
Que cada noche nos encuentres con amor de esposos.
Haz Señor de nuestras vidas una página llena de Ti.
Haz Señor de nuestros hijos lo que Tú anhelas
Ayúdanos a educar, a orientar por tu camino.
Que nos esforcemos en el consuelo mutuo.
Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar.
Que cuando amanezca el gran día para ir a tu encuentro nos concedas hallarnos unidos siempre a Ti.

Amén.

viernes, 26 de diciembre de 2014

EXPECTACIÓN DEL MESÍAS


A finales del último siglo antes de Jesucristo, era general la convicción de que se hallaba próximo el nacimiento del Mesías prometido (1). Esa esperanza o convicción nunca había sido tan viva como entonces, sobre todo entre los judíos, quienes, mejor que otros, conocían los oráculos sagrados.

No podía suceder de otro modo, ya que los escritos de los profetas indicaban con la mayor precisión, no sólo las circunstancias notables del nacimiento, vida y muerte del Redentor, sino que hasta la familia de la que había de nacer y el tiempo de su aparición.

San Mateo, en su Evangelio, puso especial cuidado para demostrar a los judíos que en Jesucristo se vieron cumplidas, hasta los menores detalles, todas las profecías mesiánicas y que Él es el verdadero Mesías, esperado por los patriarcas y anunciado por los profetas.

Tan luego como Adán y Eva incurrieron en el pecado que motivó la sentencia condenatoria contra ellos y contra toda su posteridad, prometió el Señor que nacería de la mujer un libertador que los redimiría de la esclavitud del demonio.

Más tarde, los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob recibieron de Dios la seguridad de que todas las naciones de la tierra serían benditas en AQUEL QUE NACERÍA DE SU LINAJE, o, en otros términos, que el Mesías había de ser uno de sus descendientes.

En los siglos posteriores, Isaías y otros profetas anunciaron que el Mesías nacería de una Virgen (2), de la familia de David (3), y en la pequeña ciudad de Belén (4), que reyes extranjeros irían a verle y le traerían presentes (5), que volvería a Egipto, que sería llamado nazareno, que tendría un precursor (6), que sería a la vez profeta, y obraría milagros (7).

Se había además anunciado que entraría en Jerusalén montado en una borrica (8), que le sería traidor uno de los suyos (9),y le vendería por treinta monedas de plata y que con ese dinero se compraría el campo de un alfarero (10).

Estaban igualmente prefijadas por los profetas las circunstancias principales de su pasión, por ejemplo: que sería escarnecido, azotado, y rasgadas sus carnes hasta descubrir sus huesos (11), que para apagar la sed le darían vinagre (12), que le traspasarían las manos y los pies (13), que sería muerto por los pecados de los hombres (14), que su cuerpo no sufriría corrupción en el sepulcro (15), sino que saldría de él vivo y glorioso (16), y, en fin, que subiría triunfante a los cielos (17).

Por lo que se refiere al tiempo en que debía nacer, sabido era que al morir Jacob había dicho a Judá que el cetro no saldría de su descendencia hasta que viniese el Deseado de las naciones. Efectivamente, el cetro salió de la familia de Judá cuando los romanos entronizaron a Herodes.

Daniel había profetizado también que desde la autorización para construir a Jerusalén hasta el Cristo, pasarían setenta semanas de años (18).

Estaba, por fin, anunciado que el Mesías nacería en tiempo de paz, y bajo una monarquía qeu habría derribado todos los tronos de la tierra (19). En efecto, el imperio romano, que había subyugado a casi todo el mundo conocido entonces, gozaba de paz universal cuando nació Jesucristo. 

(1) Al separarse, los descendientes de Noé llevaron consigo la memoria de la caída del primer hombre, lo mismo que la esperanza del Mesías que había de redimir al género humano. Aun cuando en el transcurso del tiempo se alteraran aquel recuerdo y aquella esperanza, cambiándolos a veces hasta el punto de revestirlos de formas extravagantes, siempre se conservó esta tradición a través de ese horrible caos del paganismo. Los judíos, depositarios de las profecías, al separarse por diversas partes del mundo, y al difundir en ellas el estudio de la Biblia traducida por los Setenta contribuyeron a prepara el camino de Aquel que había de venir para salvar a los hombres.

(2) He aquí que la Virgen da a luz un hijo y le llama Emmanuel (Isaías, 7,14).

(3) Cuando David concibió el proyecto de construir un templo al Señor, fue el profeta Natán a decirle, de parte de Dios: No serás tú quien me construirá el templo; ese honor está reservado a tu hijo. Daré tu reino a uno de tus hijos, que saldrán de tí, su trono durará eternamente, yo seré su padre, y él será mi hijo. Estas palabras sólo pueden convenir al Mesías.


(4) Y tú, Belén, pequeña entre las ciudades de Judá, de ti me saldrá el que será Señor de Israel (Miqueas, 5,1- Mateo, 2,6).

(5) Isaías, LX, 1-6.

(6) Ved que voy a enviar mi mensajero que preparará el camino delante de mi (Malaquías, 3,1- Mateo, 11,10).

(7) En aquel tiempo verán los ciegos, oirán los sordos, andarán los cojos y hablarán los mudos (Isaías).

(8) Zacarías, 9,9 - Mateo 21,5).

(9) Aquel que me era tan íntimo, y en el que había puesto yo tanta confianza, ha empleado contra mí la traición (David).

(10) Zacarías, 11,12 - Jeremías 32,6 y sig. - Mateo 27, 9 y 10.

(11) Se han mofado de mí, y, moviendo la cabeza, me insultaban y me decían: Ha esperado en el Señor; que el Señor le salve, si le ama (David). Le hemos considerado como leproso, como un hombre tocado por la mano de Diso, y ha sido cubierto de llagas a causa de nuestras iniquidades (Isaías).

(12) Me dieron hiel por alimento, y vinagre para apagar mi sed (David).

(13) Han taladrado mis manos y mis pies (David, salmo 21,17).

(14) No sufre por sus pecados, sino que tomó sobre sí nuestras flaquezas e iniquidades (Isaías).

(15) Descansará mi carne en la esperanza; no dejaréis mi alma en el infierno; no permitiréis que vuestro santo cuerpo sufra corrupción (David).

(16) Al tercer día resucitará y viviremos en su presencia (Oseas).

(17) Os elevasteis a lo alto, llevándoos gran número de cautivos (David).

(18) Hacia el fin del cautiverio de Babilonia, el ángel Gabriel se apareció al profeta Daniel y le dijo: Desde que se dé el edicto de reedificar a Jerusalén hasta el reinado de Cristo, pasarán setenta semanas (de años, o sea 490 años). Después de 69 semanas el Cristo será muerto, aunque nada haya contra él. A mitad de la última semana (la 70ª) las oblaciones y los sacrificios quedarán abolidos, y el Cristo hará pacto con muchos (Daniel, 9,24 y sig.).
La orden de que el ángel habló, es el edicto dado el año 458 por Artajerjes I, rey de Persia, a instancias de Nehemías. Comparada esta profecía de Daniel con las de Jacob y Ageo, resulta con

jueves, 25 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 9)

                               

Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.




DÍA NOVENO:
BONDAD Y DULZURA DEL NIÑO JESÚS

"El Niño Jesús crecía y se fortalecía; estaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él". (Lc. 2, 40).
"Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres". (Lc. 2, 52).
La bondad y dulzura fueron siempre las principales características del Divino Niño. ¡Con qué encantadora bondad y dulzura recibió a los pastores en la gruta de Belén, y a los magos... y más tarde en Nazaret, era tan atractiva la celestial irradiación de su bondad y la celestial dulzura de su hermoso rostro y divina mirada, que cautivaba a cuantos le conocían, los cuales llenos de confianza y admiración se decían unos a otros: "Vayamos a ver al hijo de José y María".
Adorable Niño Jesús, mi único tesoro... dígnate, dulce Bien mío, derramar sobre mi corazón, con la unción de tu gracia, la dulzura y bondad de tus sentimientos divinos, y por los méritos infinitos de tu Santa Infancia, regálame la gracia de un día contemplar tu hermoso Rostro en el cielo. Amén.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 8)

                          

Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.



DÍA OCTAVO:
HUMILDAD DEL NIÑO JESÚS

Entonces dijo Jesús: "...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". (Mt. 11, 29).
El Niño Jesús fue humilde de corazón. Humilde en su nacimiento, humilde en su infancia, humilde en toda su vida, no queriendo ser reconocido sino como el hijo de un sencillo artesano, "el hijo del carpintero". Más tarde, cargado de oprobios delante de los tribunales de Jerusalén, rodeado de verdugos y calumniadores, no permitió a su corazón el más ligero desahogo.
¡Oh Santísimo Niño Jesús, mi único Modelo, manso y humilde de corazón! Dadme la gracia para que, a ejemplo tuyo, sea también manso y humilde de corazón en todas las penas, enfermedades y contrariedades que en adelante me sobrevengan. Amén.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

martes, 23 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 7)

                                     

Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.




DÍA SÉPTIMO:
EL AMOR DEL NIÑO JESÚS AL SUFRIMIENTO

Jesús le dijo: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". (Mt. 8, 20).
El Niño Jesús, a quien se debe todo honor y amor en sumo grado, como el Unigénito del Padre que es, el Dios de la gloria, la inocencia y santidad misma, y que viniendo a la tierra pudo haber escogido una manera de vivir más feliz, según el mundo, con todo eso escogió para cuna un pesebre. Fue tan pobre mientras vivió que, en palabras suyas, "no tuvo dónde reclinar la cabeza"; toda su vida fue cruz y martirio perpetuo hasta morir entre las ignominias y los más crueles tormentos. Pero, el pensar que sus penas nos salvarías, le hizo no sólo soportable sino amable el padecer.
¡Oh amabilísimo Niño Jesús!, quiero por tu amor tener mi corazón dispuesto a hacer todos los sacrificios que exijas de mí, sabiendo que esos sacrificios me purificarán el corazón y me acercarán a Ti. Jesús, mi dulce amor, hiere e inflama mi corazón para que siempre arda de amor por Ti.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

lunes, 22 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 6)

                               


                                

Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.




DÍA SEXTO:
SUMISIÓN DEL NIÑO JESÚS A LA VOLUNTAD DEL PADRE CELESTIAL

Dice Jesús: "Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre que me ha enviado hasta llevar a cabo su obra de salvación". (Jn. 4, 34).
El Niño Jesús no tuvo jamás otro anhelo que el de cumplir la voluntad de Dios su Padre; a Él ofreció el sacrificio de su corazón, rendido en todo a sus órdenes, y el sacrificio fue cumplido perfectamente hasta exhalar, por obediencia, el último aliento sobre la cruz.
El Niño Jesús llamaba su alimento la obediencia a la voluntad del que lo había enviado.
¡Oh amabilísimo Niño Jesús, que eres la santidad y la bondad misma! Te amo, y quiero constantemente estar unido a Ti. Deseo con todo mi corazón que tu santísima voluntad se cumpla en mí, en todos los instantes de mi vida. Amén.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

domingo, 21 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 5)

                                            

Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.




DÍA QUINTO:
AMOR DEL NIÑO JESÚS PARA CON LOS HOMBRES

Dice Jesús: "Como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros". (Jn. 13, 34).
Todas las acciones del Niño Jesús cuando vivía en Nazaret con su Santísima Madre y el patriarca San José, tuvieron por principio, después de la gloria de su Padre, el amor universal, el amor a los hombres.
En efecto, este amor fue el que lo obligó a dejar su gloria para revestirse de nuestra pobre y mortal naturaleza, y llevar una vida oscura, sometida a extrema pobreza y a toda clase de privaciones, fatigas y persecuciones, hasta morir en una cruz, y todo lo aceptó y sufrió con gusto para hacernos eternamente felices.
¡Oh mi adorable Niño Jesús! Tan amante y tan poco amado... Perdona mis olvidos y los del mundo ingrato que no piensa en Ti. Tu corazón dulcísimo que tanto ha amado a los hombres, sólo ha recibido de ellos ofensas e ingratitudes. Por este corazón herido por nuestros pecados, haz que en adelante no tenga corazón sino para amarte a Ti que eres mi único y sumo Bien. Amén.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

sábado, 20 de diciembre de 2014

NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS (DÍA 4)


Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

OREMOS

Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.



DÍA CUARTO: 
AMOR DEL NIÑO JESÚS A SAN JOSÉ, SU PADRE ADOPTIVO

"...Y vino a Nazaret: y les estaba sujeto". (Lc. 2, 51).
Ciertamente que el esposo de María no era el padre natural de Jesús sino la  sombra en la tierra de su Padre Celestial. Por ello, el Niño Jesús le profesó a José respeto, veneración y un filial amor.
Amor que se manifestó especialmente en la obediencia. El Evangelio nos cuenta que "les estaba sujeto". Con eso lo dice todo. Durante toda su vida oculta, Jesús es conocido como "el hijo del carpintero". El ayudante capaz y laborioso en el taller de Nazaret, el hijo sumiso a las enseñanzas y normas de su padre legal, a quien llamó con el dulce nombre de papá.
En su infancia, José fue todo para Jesús: su guardián y custodio, pues, recién nacido, lo sabrá defender de Herodes y sus secuaces. Luego será su guía y maestro que lo inicia en la vida religiosa y social de Israel, que le enseña a leer las Sagradas Escrituras.
José, como todo padre judío, supo enseñar a Jesús, desde muy niño, a orar con los salmos, como lo hacían todos los niños israelitas; con paciencia paternal lo fue introduciendo en los usos, costumbres y tradiciones del pueblo de Israel.
Jesús supo retribuirle con inmenso amor y gratitud todos sus cuidados solícitos y estuvo junto a José "sometido a su autoridad paternal hasta que el Santo Patriarca tuvo la dicha de morir en los brazos de Jesús y María.
¡Oh mi adorable Niño Jesús! Regálame la gracia de amar intensamente a San José, el árbol que no dio fruto, pero sí la sombra que te cobijó en la tierra y  ahora lo glorificas en el cielo. Que yo también tenga la gracia de pasar de este mundo a la eternidad, asistido por Ti y tu Madre Santísima.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad,  vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad felizPor los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infanciaconcédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.