Jesucrito:
1. Hijo, no te quebrantes los trabajos que has tomado por Mí, ni te abatan del todo las tribulaciones, más mi promesa te esfuerce y consuelen todo lo que viniere. Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida. No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores. espera un poquito y verás cuán presto se pasan los males. Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud. Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.
2. Atiende a tu negocio, trabaja fielmente en mi viña, que yo seré tu galardón. Escribe, lee, canta, suspira, calla, ora, sufre varonilmente lo adverso; la vida eterna digna es de esta y de otras mayores peleas. Vendrá La Paz un día que el Señor sabe, el cual no se compondrá de día y noche como en esta vida temporal, sino de luz perpetua, claridad infinita, paz firme y descanso seguro. No dirás entonces: ¿quién me librará de este cuerpo mortal? Ni clamarás: ¡Ay de mi que se ha dilatado mi destierro! Porque la muerte estará destruida y la salud vendrá sin defecto; ninguna congoja habrá ya, sino bienaventurada alegría, compañía dulce y hermosa.
3. ¡Oh! ¡Si vieses las coronas eternas de los Santos del cielo, y de cuánta gloria gozan ahora los que eran de este mundo despreciados y tenidos por indignos de vivir! Por cierto luego te humillarás hasta la tierra, y desearías más estar sujeto a todos que mandar a uno solo. Y no codiciarás los días placenteros de esta vida, sino antes te alegrarías de ser atribulado por Dios y tendrías por grandísima ganancia ser tenido por nada entre los hombres.
4. ¡Oh! Si gustases que estas cosas y las rumiases profundamente en tu corazón, ¿cómo te atreverías a quejarte ni una sola vez? ¿No te parece que son de sufrir todas las cosas trabajosas por la vida eterna? No es cosa de poco momento ganar o perder el reino de Dios. Levanta, pues, tu rostro al cielo: mírame a Mí, y conmigo a todos los Santos, los cuales tuvieron graves combates en este siglo; ahora se regocijan, y están consolados y seguros; ahora descansan en paz, y permanecerán conmigo sin fin en el Reino de mi Padre.
Tomás de Kempis en su libro Imitación de Cristo.
Tomás de Kempis en su libro Imitación de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario