ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

                                          

(Se recomienda renovar con frecuencia esta consagración, particularmente en las fiestas de Nuestra Señora)

"Queridos hijos, hoy también los invito a consagrarme sus vidas con amor, para que los pueda guiar con amor. Yo los amo, queridos hijos, con un amor especial y deseo llevarlos a todos al Cielo con Dios. Deseo que comprendan que esta vida dura poco en comparación con la del Cielo. Por eso, queridos hijos, decídanse hoy nuevamente por Dios. Sólo así podré mostrarles cuánto los quiero y cuánto deseo que todos se salven y estén conmigo en el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado". (27 de noviembre de 1986).

María, ¡gracias por ésta, Tu invitación maternal! Madre de mi Salvador y Madre de la Paz, el día de hoy Te entrego mi vida con amor. Así como Jesús, muriendo en la Cruz, Te entregó a mí, así yo también me entrego ahora a Ti. ¡Guárdame dentro de Tu Corazón Inmaculado! Quiero amar a Jesús como Tú lo amas. Madre mía. Enséñame a escuchar la Palabra del Padre y a hacer siempre Su voluntad.

María, Contigo yo quiero aprender a amar a todas las personas como hermanos y hermanas, porque también ellos son hijos Tuyos. Me entrego totalmente a Ti, para que mi oración se transforme en oración del corazón, en la cual pueda yo encontrar la paz, el amor y la fortaleza necesaria para la reconciliación. A Ti mi Señora, Te entrego mi pasado, mi presente y mi futuro; mis dones y mis facultades. Quiero crecer junto a Ti como lo hizo Jesús. Haz que de ahora en adelante todo mi ser alabe Contigo al Señor. Que a partir de hoy, mi alma cante de gozo por Su amor y misericordia. Madre mía. Te hago entrega de mi familia, de mis seres queridos, de mis amigos, de todos aquellos con quienes trabajo y convivo...

María, yo quisiera Contigo, ser portador del Espíritu Santo. Ayuda a mi corazón a ser siempre fiel a Sus inspiraciones divinas, como el Tuyo lo fue.

Madre de la Paz, permite que por medio de Tu intercesión, estas palabras mías sean irrevocables y que nunca más vuelva a ser seducido por el pecado. Amén. 

Padre Slavko Barbaric, O. F. M. El Padre Slavko murió el 24 de noviembre de 2000 en el monte Krizevac (monte de la cruz) en Medjugorje.