martes, 18 de noviembre de 2014

NECESIDAD DE LA ORACIÓN

                   

La oración es el conducto por donde nos viene la gracia de Dios, y el medio necesario e infalible que se nos ha dado para conseguir nuestra salvación: por eso Jesucristo nos recomendó tanto este deber principalísimo de la vida cristiana, diciendo: Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Hasta llegó a precribirnos la oración continua, pues nos dijo: Es preciso orar siempre y no desfallecer nunca.

El Salvador nos demostró con su ejemplo que la oración debe ser hecha con humildad, confianza y perseverancia. Quiere, sobre todo, que entremos en este santo ejercicio con la misma confianza que tiene un hijo al exponer sus necesidades a un buen padre que le ama tiernamente.

Para excitar en nosotros esta santa disposición, ratificó bajo juramento la eficaciá de la oración, aun prescindiendo del mérito o demérito del que la hace. He aquí sus palabras: En verdad, en verdad os digo que todo lo que en mi nombre pidiereis a mi Padre os será concedido.

Dignóse, por fin enseñarnos, como el Padrenuestro, los términos mismos con que debemos rogar a nuestro Padre que está en los cielos.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


HISTORIA SAGRADA

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