sábado, 2 de agosto de 2014

MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA EN LOURDES



"Antes y después que Bernardita descubriese el manantial, la Dama habló con ella en varias ocasiones. Le dio unos consejos personales. Le confió un mensaje que transmitir al mundo y unas peticiones para el clero. 

Por último se nombró así:
"Yo soy la Inmaculada Concepción".

Algunos puntos esenciales de este mensaje:
- Hacer penitencia por la conversión de los pecadores.
- Ir a beber en la fuente y lavarse en ella.
- Pedir al clero que haba construir una capilla y venir en procesión.

A su mensajera la Madre de Dios declaró: "No te prometo la felicidad en este mundo, sino del otro".

Algunos elementos de reflexión:
- La penitencia antes que nada es la aceptación, en unión con los sufrimientos de Cristo, de todas las penas y dificultades de la vida.
- La conversión de los pecadores, desde luego, es la de cada uno de nosotros, con un total abandono, confiados en un Dios desbordante de amor y de misericordia.
- Ir a beber en la fuente siguiendo a Bernardita y lavarse en la misma es deshacerse de todos los obstáculos personales y exteriores que nos ocultan esa Agua Viva que es Jesús. Esta fuente que nos abre a la luz del mundo simbolizada por la vela encendida que lleva Bernardita.
- Construir una capilla es, para cada uno de nosotros, vivir como miembros auténticos de la Iglesia. Venir en procesión es reunirnos, todas las naciones confundidas, para expresar nuestra sola y única fe.

María se definió como la Inmaculada Concepción para asegurarnos del poder de su intercesión al lado de su Hijo. Ella, a quien jamás ha rozado el pecado, nos abre sus brazos de Madre. Nos promete guiarnos en nuestro paso hacia la conversión y sostenernos en nuestras luchas para orientarnos hacia aquel otro mundo donde, siguiendo a Bernardita, se nos promete la dicha verdadera, esa donde CRISTO BASTA."

Francoise Bouchard en el libro: Bernardita su historia.

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