SALUDO
Madre, la vida está llena de "encuentros".
Tú también vivieste varios muy significativos que hago míos:
Con el Ángel Gabriel te saludo: "Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo".
Y con tu pariente Isabel: "¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!...Jesús...¡Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá lo que se te ha dicho de parte del Señor!
Madre querida: He venido a visitarte a tu Casa.
Los hijos siempre acuden a casa de sus padres.
Yo soy tu hijo aunque pecador. Tu eres mi madre.
Los buenos amigos se visitan. Yo te amo, Madre querida, con todas las fuerzas de mi alma. Tu eres mi Hermana y mi Amiga.
Vengo a contarte, Madre, cuanto me pasa y a hacerte un ratico de compañía.
REFLEXIÓN
Te doy gracias, Madre, por el regalo del santo Escapulario que es "memorial de todas tus virtudes" (Pío XII).
Que mi Escapulario me acompañe siempre y en él te vea siempre como Madre acogedora y dulce.
Que al besarlo lo haga con amor de hijo agradecido por los muchos beneficios que de Ti he recibido.
Que su presencia en mi pecho me anime a ser siempre fiel a tu Hijo y a Ti.
Que siempre note tu presencia viva y operante que me aleje del pecado.
Que me sirva de estímulo para practicar todas las virtudes que él significa: modestia, pureza, oración, humildad y consagración a tu Hijo y a Ti...
Se puede meditar unos momentos...
Rezar tres Ave Marías con esta jaculatoria:
Madre mía del Carmelo, concédeme la gracia de alcanzar esta meta: "Que quien me mire, te vea".
DESPEDIDA
Madre, estoy tan a gusto a tu lado que querría que el reloj se parara y nunca separarme ya de Ti. Pero debo volver a mis obligaciones.
Te ruego, Madre querida, que vengas conmigo, que no me dejes solo. Que note yo, y los demás al verme también, que estás a mi lado, que caminas conmigo, que trabajas conmigo, que siempre los dos estamos juntos.
Concédeme, Madre querida, que no descanse hasta que haga mío y practique de veras este lema: "Aúndame a mejor conocerte, amarte, imitarte e irradiarte".
Quiero terminar con aquella plegaria que brotó del corazón de tu enamorado San Simón Stock (+1265) y que mereció la promesa de tu bendito Escapulario:
Flor del Carmelo,
viña florida,esplendor del cielo,
Virgen fecunda y singular.
¡Oh Madre tierna!
intacta de hombre,
a los carmelitas
proteja tu nombre,
Estrella del mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario