Como me vi tan tullida y en tan joven edad y cual me habían parado los médicos de la tierra, determiné acudir a los del cielo. Tomé como abogado y señor al glorioso San José y encomendeme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores, este padre y señor mío me sacó con más bien que yo sabía pedir. No me acuerdo... de haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. (Vida 6)
Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma.
A otros santos parece les dio el Señor gracias para socorrer en una necesidad, a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas. (Vida 6)
Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. (Vida 6)
Solo pido por a,or de Dios que lo pruebe quien no me creyere. (Vida 6,6)
Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro. Y no errará en el camino. (Vida 6,8)
Aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomienda. (Vida 6,7)
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