Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en
este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y
recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el
sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy
gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por
haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi
abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este
iglesia.
Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el
primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo
lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos
en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en
todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y
abandono.
Amén
San Alfonso María de Ligorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario