Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por
Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando
estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros
esperaban tu palabra, que tú estabas siempre dispuesto a hablar por
aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te
imploro obtengas para mí… (menciona tu petición). La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario