Cuando veo a católicos que se acercan al tribunal de la penitencia, se me ofrecen muchas veces imágenes espantosas y veo lo necesario que es rezar por ellos.
Así, veo penitentes que en la confesión lanzan por la boca una serpiente, pero luego se la vuelven a tragar muchas veces antes de ir a comulgar.
Los que callan pecados en la confesión se me ofrecen con aspecto horrible y junto a ellos veo un animal espantoso que les clava las garras en el pecho.
A los que viven en unión pecaminosa los veo cuando se confiesan teniendo junto a sí una figura que les dice al oído que no digan nada de ese pecado.
A otros veo que se estrechan contra el pecho una figura con un cuerpo de dragón.
Siempre he visto que los animales repugnantes, como los gusanos y ciertas clases de insectos, son imágenes de los pecados.
Los que cometen pecados ocultos y exteriormente parecen castos y piadosos, veo que son asiento y morada de estos animales, los cuales están a su lado, en sus vestidos, ocultos, alimentados y acariciados secretamente por ellos.
Los he visto muchas veces tan claramente en estos pecadores, que quería quitárselos, hasta que, advirtiendo que los circunsdantes se admiraban al verme, me acordaba de que no eran reales.
Visiones y revelaciones de la Beata Anna Catalina Emmerich
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