viernes, 21 de agosto de 2015

QUE TODAS LAS COSAS GRAVES SE DEBEN SUFRIR POR LA VIDA ETERNA


                   Resultado de imagen de SUFRIR POR LA VIDA ETERNA

Jesucristo:
1. Hijo, no te quebranten los trabajos que has tomado por Mí, ni te abatan del todo las tribulaciones, mas mi promesa te esfuerce y consuele en todo lo que viniere. Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida. No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores. Espera un poquito y verás cuán presto se pasan los males. Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud. Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.

2. Atiende a tu negocio, trabaja fielmente en mi viña, que yo seré tu galardón. Escribe, lee, canta, suspira, calla, ora, sufre varonilmente lo adverso; la vida eterna digna es de esta y de otras mayores peleas. Vendrá la paz un día que el Señor sabe, el cual no se compondrá de día y noche como en esta vida temporal, sino de luz perpetua, claridad infinita, paz firme y descanso seguro. No dirás entonces: ¿quién me librará de este cuerpo mortal? Ni clamarás:¡Ay de mí que se ha dilatado mi destierro! Porque la muerte estará destruida y la salud vendrá sin defecto; ninguna congoja habrá ya, sino bienaventurada alegría, compañía dulce y hermosa.

3. ¡Oh! ¡Si vieses las coronas eternas de los Santos del cielo, y de cuánta gloria gozan ahora los que eran en este mundo despreciados y tenidos por indignos de vivir! Por cierto luego te humillarías hasta la tierra, y desearías más estar sujeto a todos que mandar a uno solo. Y no codiciarías los días placenteros de esta vida, sino antes te alegrarías de ser atribulado por Dios y tendrías por grandísima ganancia ser tenido por nada entre los hombres.

4. ¡Oh! Si gustases aquestas cosas y las rumiases profundamente en tu corazón, ¿cómo te atreverías a quejarte ni una sola vez? ¿No te parece que son de sufrir todas las cosas trabajosas por la vida eterna? No es cosa de poco momento ganar o perder el reino de Dios. Levanta, pues, tu rostro al cielo: mírame a Mí, y conmigo a todos los Santos, los cuales tuvieron graves combates en este siglo; ahora se regocijan, y están consolados y seguros; ahora descansan en paz, y permanecerán conmigo sin fin en el reino de mi Padre.

Imitación de Cristo, Tomás de Kempis

No hay comentarios:

Publicar un comentario