viernes, 14 de agosto de 2015

EL PADRE PÍO Y LA ORACIÓN

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Cuando el Padre espiritual de Padre Pio le pidió redoblar sus oraciónes, Padre Pio dijo que no fue posible porque su tiempo era “todo pasado en oración.”167

Padre Pio dijo: “Lo que falta la humanidad hoy es la oración.”168
Padre Pio: “Buscamos a Dios en libros, pero es en la oración que encontramos a Él. La oración es la llave que abre el corazón de Dios.”169
Padre Pio: “Todas oraciónes son buenas cuando están acompañadas de buenas intenciónes y buena voluntad.”170
Padre Pio aconsejaba a todos que hagan breves oraciónes mentales, ofreciendo todo que hacían, no importa que trivial, a Jesucristo.171
Padre Pio, Carta, 14 de diciembre 1916: “Intenta practicar la oración mental, esa es la santa meditación, y sea esta habitualmente de la vida, pasión y muerte de Jesús.”172
Padre Pio mandaba que sus penitentes reciten la siguiente oración: “¡Mi pasado, Señor, a tu Misericordia, Mi presente a Tu Amor, Mi futuro a Tu Providencia!”173
Padre Pio dijo: “El Señor solamente me permite recordar esas personas y cosas que Él quiere que recuerdo. De hecho, varios tiempos nuestro Señor misericordioso me ha sugerido personas a quienes nunca he conocido ni aun oido, por el solo propósito que puedo presentarles a Él y interceder por ellos, y en este caso Él nunca falla de contestar mis oraciónes pobres y débiles. Por otra parte, cuando Jesús no quiere contestarme, Él me hace verdaderamente olvidar de orar por esas personas por quienes firmemente había decidido y pensado orar.”174
En una carta el 16 de septiembre, 1916, Padre Pio dijo: “Ora por el restablecimiento del reinado de Dios; por la propagación de la Fe; por la exaltación y triunfo de nuestra santa madre, la Iglesia. Ora por... los infieles, por herejes y por la conversión de pecadores.”175
Padre Pio sobre distracciónes durante la oración: “No deberías estar distraido voluntariamente. Pero si estés distraido, sigue orando, y tendrás grán merito, porque Nuestro Salvador sabe que no eres un ángel orando a Él, sino una pobre mujer. Sigue orando sin cesar. Y cuando encuentras difícil concentrarse, no pierdas más tiempo parando a considerar porqué y cómo. Es cómo un viajero que se desvía. En cuanto se da cuenta que está por mal camino, inmediatamente se pone por buen camino otra vez. Entonces deberías continuar meditando sin pararse para reflexionar sobre tu falta de concentración.”176

 

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