lunes, 18 de mayo de 2015

SABER ORAR


 
Santa María de Jesús Crucificado algunas veces se confesaba de no saber orar.

Decía a la Superiora: “En la oración no tengo distracciones, pero no logro ni siquiera concluir la oración más corta. Comienzo el Padre Nuestro y me quedo en estas palabras sin poder continuar. Pienso: “Oh! Dios mío, Tú tan grande, tan poderoso, Tú eres nuestro Padre! Tú que estás en el cielo, mientras que nosotros somos pequeños gusanos, polvo y ceniza... y todavía nosotros tenemos el coraje de ofenderte! Oh Dios mío, ten piedad de nosotros... y luego me pierdo y me duermo”.
Y continuaba: “Si después recito el Ave María, y comienzo a decirle a la Virgen: “ Eres tan buena, tan buena, oh Madre mía! Tú la Madre de Dios y la madre de los hombres! Y nosotros pobres pecadores!...” y después me pierdo y me duermo: imposible continuar... ¿Cómo debo confesar este hecho que no logro continuar?”

Sobran las palabras...


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