miércoles, 4 de febrero de 2015

NUESTRAS CRUCES


                        

342.- (142) El sufrimiento es el tesoro más grande que hay en la tierra, purifica el alma. En el sufrimiento conocemos quien es nuestro verdadero amigo. El amor verdadero se mide con el termómetro del sufrimiento.

446.- Entonces vi a Jesús clavado en la cruz. Después de estar Jesús colgado en ella un momento, vi Toda una multitud de almas crucificadas como Jesús. Vi la tercera muchedumbre de almas y la segunda de ellas. La segunda infinidad de almas no estaba clava en la cruz, sino que las almas sostenían fuertemente la cruz en la mano; mientras tanto la tercera multitud de almas no estaba clava ni sostenía la cruz fuertemente, sino que esas almas arrastraban la cruz detrás de si y estaban descontentas. Entonces Jesús me dijo: Ves, esas almas que se parecen a Mi en el sufrimiento y en desprecio, también se parecerán a Mi en la gloria; y aquellas que menos se asemejan a Mi en el sufrimiento y en el desprecio, serán menos semejantes a Mi también en la gloria. La mayor parte de las almas crucificadas pertenecían al estado eclesiástico; vi también almas crucificadas que conozco y eso me dio mucha alegría. De repente Jesús me dijo: En la meditación de mañana reflexionarás sobre lo que has visto hoy. Y en seguida el Señor Jesús desapareció.

303.- Una vez, cuando tenía un gran sufrimiento, dejé mi trabajo para correr a Jesús y pedirle que me ayudara. Después de una corta plegaria volví al trabajo llena de entusiasmo y alegría. En ese momento una hermana me dijo: Sin duda, hermana, usted tiene hoy muchas constelaciones, dado que está tan radiante. Dios seguramente no le da ningún sufrimiento, sino exclusivamente consolación. Contesté: Usted, hermana, está equivocada, ya que justamente cuando sufro mucho, mi gozo es mayor, mientras que cuando sufro poco, también mi gozo es mas pequeño. Pero aquella alma me daba a entender que no me comprendía. Traté de explicárselo: Cuando sufrimos mucho, tenemos una gran oportunidad de demostrarle a Dios que lo amamos, mientras cuando sufrimos poco, tenemos poca posibilidad de demostrar a Dios nuestro amor y cuanndo no sufrimos nada, entonces nuestro amor no es grande ni puro. Con la gracia de Dios podemos llegar (al punto) en que el sufrimiento se transformará para nosotros en gozo, puesto que el amor sabe hacer tales cosas en las almas puras.

Diario de Santa Faustina. Mensaje de misericordia de Jesucristo al mundo actual.

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