lunes, 23 de febrero de 2015

ENSEÑANZA SOBRE EL MATRIMONIO

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Jesús y los apóstoles emplearon toda la mañana siguiente y una parte de la tarde en visitar casas particulares en el sur de la ciudad. Enseñaban, consolaban, reconciliaban y exhortaban a la unión, al amor, a la paz en las familias. Donde había mucha geste en los hogares, allí Jesús enseñaba; si eran pocos se llamaba a las familias vecinas por medio de los discípulos. Muchas cosas se arreglaban de este modo: estas visitas eran para aquellas familias donde había ancianos y enfermos que no podían ir a la sinagoga. Algunos muy ancianos fueron bautizados en sus lechos y otros que apenas podían enderezarse eran bautizados con un recipiente de agua. En el primer día de su entrada en Abram exhortó a dos novios y asistió después a su casamiento. A otras tres parejas que estaban en una casa donde había parientes, fariseos y sacerdotes, las exhortó y les hizo una enseñanza sobre el matrimonio. Habló de la sumisión que deben las mujeres al marido, por mandato de Dios, después del pecado; pero que los hombres vieran en sus mujeres la promesa y respetaran esa promesa: la semilla de la mujer debe pisar la cabeza de la serpiente. Ahora que el tiempo es llegado y la promesa cumplida, entra la gracia en lugar de la ley, y así las mujeres obedezcan con reverencia y humildad, y los hombres manden con caridad y bondad. En esta ocasión dijo que no preguntasen cómo vino el pecado en el mundo: vino por la desobediencia, y la salud viene por la obediencia y la fe. Hablando del divorcio, dijo que el hombre y la mujer formaban un solo cuerpo, y no podían por eso se separados; y si de la unión de los mismos resultaran grandes dificultades y pecados, se podían separar, pero no podían casarse nuevamente con otros. Las leyes de la separación y de divorcio, dijo, fueron leyes para la rudeza y la infancia de los pueblos; pero que no siendo ellos ya niños, y habiendo llegado la plenitud de los tiempos, el casarse con otro es una falta a la eterna ley de la naturaleza misma. La separación sea solo para evitar mayores pecados y después de serio examen. Tuvo esta enseñanza en la casa de uno de los novios; pero estaban los demás novios presentes, aunque separados unos de otros, hombres y mujeres, por una cortina. Jesús estaba sentado en un extremo de la pieza enseñando, rodeado de algunos apóstoles y discípulos. Estaban presentes los padres de los novios, separados según su sexo. Esta enseñanza sobre el matrimonio dio ocasión a contradicciones entre los fariseos, no en la casa, sino más tarde, en la sinagoga, cuando Jesús enseñaba sobre la opresión de los israelitas en Egipto y del profeta Isaías. Aquí disputaron sobre la enseñanza de Jesús, pareciéndoles demasiado poco lo dicho sobre la sumisión de las mujeres a sus maridos y demasiado severo lo dicho sobre el divorcio. Estuvieron desenrollando toda clase de escritos, y no pudieron, sin embargo, aceptar la doctrina de Jesús explicada antes; pero, a pesar de todo, la disputa no pasó los límites de la cortesía y de la buena educación.

Revelaciones y visiones de la Beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824)

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