Se considera que el Padre
Bernardo de Hoyos es el principal apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús en España.
Nació en Torrelobatón el 20 de
agosto de 1711, pero como toda su familia era de Hoyos, se le conoce como Padre
Bernardo de Hoyos.
El Beato Bernardo fue educado
por unos padres católicos, que decidieron llevarle a un colegio jesuita a los
10 años de edad. Su padre, secretario del ayuntamiento de Torrelobatón murió
cuando Bernardo sólo tenía 13 años. Un año más tarde, entró en el noviciado de
los jesuitas, y a los 17 años empezó con los estudios de filosofía para hacerse
sacerdote.
Con 23 años recibió el
Sacramento del Orden Sacerdotal (a pesar de que no tenía edad para ello). Y sólo
un año más tarde enfermó de Tifus y murió tras haber recibido la Unción de
Enfermos.
El Beato Bernardo jamás había
oído hablar del culto del Sagrado Corazón hasta los 21 años de edad, cuando
tuvo el encargo de copiar fragmentos de un libro titulado “De cultu
Sacratissimi Cordis Iesu”. Entonces, empezó a leer el origen de esta
devoción y, según dice, sintió algo que jamás había sentido, un sentimiento con
el que se encontraba muy a gusto, se sentía amado.
Al día siguiente, estando
adorando al Santísimo Sacramento, Jesús mismo le dijo que quería que él fuese
el medio por el cual se extendiese en España esta devoción. Más tarde le
aconsejó que tratara este tema con el Padre Juan de Loyola (tiene cierta
similitud con la aparición a Santa Margarita María de Alacoque, ya que ella lo
tenía que tratar con el Padre la Colombière).
Entonces, el Padre Bernardo de
Hoyos se puso en contacto con Juan de Loyola, que se hizo su director
espiritual. Bernardo de Hoyos le contó todas sus experiencias místicas y Juan
de Loyola comenzó a escribir su biografía que la publicaría cuatro años después
de su muerte.
Más tarde, se le apareció a
Bernardo de Hoyos el arcángel San Miguel. Éste, le dijo cómo debía difundir la
devoción al Sagrado Corazón en España y le recordó que a pesar de que hubiera
multitud de dificultades, al final vencería. Esto mismo se lo confirmó el
Sagrado Corazón de Jesús cuatro días más tarde cuando le dijo que reinaría en
España con más veneración que en muchos otros lugares.
Acto de Confianza en el Corazón de Jesús
Oh,
Corazón de Jesús, Dios y Hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de
los pecadores y esperanza de los que en Ti confían; Tú nos dices amablemente:
Vengan a Mí; y nos repites las palabras que dijiste al paralítico: Confía, hijo
mío, tus pecados te son perdonados, y a la mujer enferma: Confía, hija, tu fe
te ha salvado, y a los Apóstoles: Confíen, Yo Soy, no teman.
Animado
con estas palabras acudo a Ti con el corazón lleno de confianza, para decirte
sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma: Corazón de Jesús en Ti confío.
Sí,
Corazón de mi amable Jesús, confío y confiaré siempre en tu bondad; y, por el
Corazón de tu Madre, te pido que no desfallezca nunca esta confianza en Ti, a
pesar de todas las contrariedades y de todas las pruebas que Tú quisieras
enviarme, para que habiendo sido mi consuelo en vida, seas mi refugio en la
hora de la muerte y mi gloria por toda la eternidad. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario